Masaje sensitivo

El masaje sensitivo es una práctica terapéutica que busca profundizar en la conexión entre mente, cuerpo y energía sexual. Realizado en una camilla, este masaje implica que el paciente esté completamente desnudo, lo que permite una mayor sensación de libertad y relajación. Es importante destacar que este enfoque terapéutico se realiza con total respeto, profesionalismo y consentimiento, con el objetivo de explorar y desbloquear la energía sexual de una manera holística.

La sesión de masaje sensitivo comienza con una técnica de respiración guiada, que induce la calma y ayuda al paciente a enfocarse en su interior. Esta respiración consciente es un paso esencial para crear un ambiente de confianza y relajación, que es fundamental para el éxito de la terapia.

La masajista comienza con un masaje craneal suave, destinado a liberar tensiones en la cabeza y el cuello. Esto prepara el camino para el masaje en la espalda, donde las caricias rítmicas fluyen a lo largo de la columna vertebral, generando una sensación de relajación y bienestar. A medida que el terapeuta desciende por la espalda, se busca estimular suavemente las zonas erógenas y despertar la conciencia sexual del paciente.

El masaje sensitivo abarca tanto la parte delantera como la trasera del cuerpo, promoviendo una conexión holística entre las sensaciones físicas y la energía sexual. La zona genital se aborda con extrema delicadeza y respeto, sin ningún propósito sexual ni invasión, sino con la finalidad de permitir que el paciente explore sus sensaciones y emociones.

La terminación manual, si el paciente lo desea, es un aspecto opcional y no esencial del masaje sensitivo. Debe llevarse a cabo con sumo cuidado y consideración, siempre con el objetivo de proporcionar un cierre suave y placentero a la experiencia.

El masaje sensitivo es una experiencia terapéutica que busca el bienestar, la relajación y la exploración de la propia energía sexual. Promueve la conciencia de uno mismo, el autoconocimiento y la conexión con las sensaciones del cuerpo, sin juicio ni tabúes. Cada sesión se realiza en un entorno de confianza y respeto mutuo, donde el terapeuta actúa como guía en el viaje hacia la propia sensualidad y energía interior.